La pandemia, de repente, puso a Argentina y al mundo entero patas para arriba…
En momentos complejos, se vieron nuevas prácticas educativas, se crearon y resintieron vínculos pedagógicos, al tiempo que se alteraban rutinas escolares.
La Escuela SOSTUVO la cuestión estrictamente pedagógica GESTIONANDO también los RECURSOS para abordar otras formas de escolarización, al tiempo que era sometida a una serie de demandas excesivas y muchas veces contradictorias.
Educadores, estudiantes, dispositivos y tecnologías medían y contrastaban sus fortalezas y debilidades. En los momentos más complejos, los DOCENTES sacaron a relucir LO MEJOR DE SÍ. Estuvieron en la primera línea de combate, junto con científicos, enfermeros e investigadores.
Dimensionar HOY el nivel de deterioro producido es importante…pero saber que LA ESCUELA SIGUE DE PIE lo es mucho más. Nada ni nadie podrá sustituir la función social de ENSEÑAR, APRENDER y producir CONOCIMIENTOS.
El presente y futuro de la ESCUELA será, además, llevar a cabo una ardua tarea de andamiaje y construcción de nuevas estrategias para regular y fortalecer vínculos con la tecnología. HARDWARE, SOFTWARE Y MENTE deben combinarse proponiendo alternativas creativas que movilicen a los alumnos para que descubran que es necesario el esfuerzo y la reflexión crítica para enfrentar el futuro.